jueves, 22 de septiembre de 2011

DANDO HONOR AL REGALO DIVINO DEL SEXO

CANTARES 4: 11-16
 
 Son 4:11  Como panal de
miel destilan tus labios, 
oh esposa;  Miel y leche
hay debajo de tu lengua;
Y el olor de tus vestidos
como el olor del Líbano.
Son 4:12  Huerto cerrado
eres, hermana mía,
esposa mía;  Fuente
cerrada,  fuente sellada.
Son 4:13  Tus renuevos
son paraíso de granados, 
con frutos suaves, De
flores de alheña y nardos;
Son 4:14  Nardo y
azafrán,  caña aromática
y canela,  Con todos los
árboles de incienso;
 Mirra y áloes,  con todas
las principales especias
aromáticas. Son 4:15 
Fuente de huertos,  Pozo
de aguas vivas,  Que
corren del Líbano. Son
4:16  Levántate,  Aquilón, 
y ven,  Austro;  Soplad en
mi huerto,  despréndanse
sus aromas.  Venga mi
amado a su huerto,  Y
coma de su dulce fruta.


























Palabras de Poder Y vida

Nuestras relaciones de pareja deben dar honor al regalo divino del sexo.
La confianza, la verdad, el respeto y el amor, son el verdadero deleite que produce la intimidad.

Esta solo es posible comprenderla dentro de un lapso de afecto, cuidado mutuo, comunicación abierta e intercambio de
sentimientos y sensaciones. Por supuesto que esto jamás lo encontremos en una relación fraudulenta, pues el sexo fue establecido dentro de una relación de pacto matrimonial.

Este involucra sentido de pertenencia y seguridad, de allí que la fidelidad en el matrimonio no es alternativa. “El lecho sin mancilla es Honroso”. La escritura dice:

Pro 5:15  Bebe el agua de tu misma
cisterna,  Y los raudales de tu propio pozo.
Pro 5:16   ¿Se derramarán tus fuentes por
las calles,  Y tus corrientes de aguas por
las plazas? Pro 5:17  Sean para ti solo,  Y
no para los extraños contigo. Pro 5:18 
Sea bendito tu manantial,  Y alégrate con
la mujer de tu juventud, Pro 5:19  Como
cierva amada y graciosa gacela.  Sus
caricias te satisfagan en todo tiempo,
Y en su amor recréate siempre.

Mi esposa es mía y yo soy de mi esposa.

El apóstol Pablo dice que aún nuestros cuerpos le pertenecen a nuestra pareja; No podría ser de otra manera, pues para Dios somos uno.

Cada uno debe saber tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios.(1tes 4:4).

Nuestras relaciones deben cuidarse de la pornografía, lascivias o cualquier tipo de aberración sexual.

Hace poco fue notorio en nuestro país como un matrimonio entre comerciantes, termino con asesinato de parte del esposo porque fue poseído por espíritu de celo. ¿Cómo empezó todo?. Con pornografía por internet.

Somos un ser tripartita. Cuerpo, alma y espíritu. La relación matrimonial deberá cuidarse de toda impureza física y contaminación en nuestro espíritu y mentes; imposible de alcanzar sin el deseo de someternos a la voluntad de Dios.

Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a la carne y no a Dios; no andes en lascivias, concupiscencias, embriagueces y orgías. “No prostituyas tu matrimonio”.

El mundo está plagado de pornografía, y contrariedad; a través de todos los medios de comunicación.

Mi decisión

Una sociedad decadente se caracteriza precisamente porque el hombre y la mujer   deshonran sus propios cuerpos; entregados a pasiones vergonzosas, dando mal uso a sus cuerpos. Señal de cuan alejados estamos de Dios.

La escritura llama a no negarnos los unos a los otros. (1cor. 7: 3-5); a cuidar de las cosas de este mundo de cómo agradarnos, y aún a tener cuidado de nuestro círculo de amigos y conversaciones. (1corintios 15:33). Guárdate de toda especie de mal. Cristo viene

Textos relacionados

Salmo 51: 6; Malaquías. 2:14-16; Prov. 5:7-13; Hebreos. 13:14; Prov. 6:32; Lev. 18: 19; Romanos 1:24-26;
Si no tienes una biblia:  http://www.amen-amen.net/RV1960/ ,

No hay comentarios:

Publicar un comentario