La voluntad de Dios en la pareja
1TESALONICENCES 4:3-5 "pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios".
Ven caminemos juntos por la corta vida, y si un día te sueltas de mi mano, ve en buzca de la voluntad de Dios. Allí en el árbol de vida nos encontramos. Por eso se que siempre estaremos juntos pues en su voluntad siempre nos encontraremos.
Palabras de Poder y Vida
Dios no llama a la inmundicia, sino a la santificación; la cual no es otra cosa que nuestra transformación moral, ética y religiosa. Por tanto; abarca nuestra relación con Dios, prójimo, nosotros mismo, cuerpos y ante todo el término justicia en su plenitud.
Nuestra vida cristiana es de aprendizaje continuo. (Que cada uno sepa tener su propia esposa). Ahora bien. Hay dos tipos de relaciones matrimoniales: Los que conocen a Dios, y los que no conocen a Dios.
El problema de cualquier relación es el pecado. Aunque en nuestra sociedad usemos otros términos: posesivo, jodón, irresponsable, Etc. Mientras en un matrimonio no estemos dispuestos a reconocer nuestra condición ante Dios y especialmente conocer su perdón; cualquier intento de restauración es inútil.
Solo quién ha reconocido a Cristo en su vida, puede ser ubicado dentro de aquellos que están dispuestos a aprender a vivir en pareja (voluntad de Dios).
El saber tener su propia esposa. Habla de respeto, de la unión que hace Dios para toda la vida, la cual se santifica cada día(se aparta, se somete mutualmente a una relación conforme a Dios, en trato justo y no conforme al mundo y a las pasiones desordenadas);esto es lujaría; entregados a pasiones que nunca podrá ser saciadas, llevando la pareja a la infidelidad.
Hablar de honor imposible. Pues desconozco mi posición y la posición de mi pareja.
Muchos vienen con dificultades como pareja. Y mi pregunta es: ¿Están verdaderamente dispuestos a someterse a la voluntad de Dios?.
MI DESICIÓN
Lo que Dios une, que no lo separe el hombre. Sin embargo; los divorcios, niños abandonados y ante todo que se crían fuera de la protección matrimonial son el pan de cada día. Resultado: Un mundo que cada día se hunde más y más.
Tener una familia y/o. un matrimonio feliz, es una decisión de vida. Entendiendo la palabra felicidad como resultado de conciencia sana, y limpia ante Dios.
"Si Jehová no edifica la casa en vano se esfuerzan los que la edifican". Son palabras que deberían llevarnos a la reflexión. Muchos hemos edificado sobre la arena. Vale la pena luchar por nuestros matrimonios aplicando cimientos Eternos.
No te engañes. La escritura dice: El que haya esposa halla el bien; y mejor son dos que uno.
Textos relacionados
Mateo 19:3-12; Romanos 7:7-25; Efecios 4:17-24 Salmo 27:1-5; Ecleciastes 4:9
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